Ningún fondista ha logrado alcanzar a Emil Zátopek, oro en tres pruebas de larga distancia en los Juegos Olímpicos de Helsinki y fallecido en 2000
"Hace cincuenta años, el deporte era más puro, tradicional, mientras que hoy todo es más bien un gran espectáculo. Yo no estoy en contra, es una evolución natural" cuenta Dana Zátopková, una lanzadora de jabalina que vivió el auge de los Juegos Olímpicos después de la II Guerra Mundial. Por entonces, era una de las atletas estrellas y vivió de cerca el ascenso hacia la leyenda de Emil Zátopek, el único atleta que ha conseguido el oro en las pruebas de 5.000, 10.000 metros y maratón en la misma edición olímpica (Helsinki 1952). El recuerdo es muy vívido porque Emil fue su esposo y compañero de competiciones y este lunes se cumplen diez años de su muerte.
Sin embargo, el constante movimiento y renovación de los héroes del deporte actual parece haber sepultado la memoria del héroe checo que sobrevivió a las tropas alemanas que atravesaron los bosques de Moravia, la II Guerra Mundial y a los blindados soviéticos que bajaron el telón de acero con la firmeza de las armas ante su oposición. Antes, Zátopek había sobrevivido como trabajador de una fábrica de zapatos en la que comenzó a competir porque le gustó el aplauso de sus compañeros en una prueba local de la empresa.
"La mayoría de la gente no se acuerda de él" afirma el veterano maratoniano Chema Martínez." Ahora los jóvenes tienen muchas cosas que ver y desgraciadamente, a pesar de que les inculco que lean la historia de Owens o Zátopek , la mayoría viven más la realidad del día a día" asume el representante español Miguel Ángel Mostaza.
Sólo sus compatriotas y los fondistas parecen recordar a aquel desgarbado que corría "como si llevara un cuchillo clavado en la nuca" con sus llamativas zapatillas rojas (suministradas por sus compañeros obreros de manera clandestina). En los años 50 se convirtió en la estrella mundial del atletismo que sustituía a Paavo Nurmi y en España le pudieron disfrutar algunos privilegiados en el 'cross' de Lasarte en 1958 tras superar los obstáculos burocráticos de los atletas procedentes de la Europa del Este. "Su palmarés es impresionante, pero su gran aporte fue demostrarle al mundo la capacidad de resistencia del ser humano, romper las barreras que en aquella época parecían imposibles de romper.
Además, fue un revolucionario en el concepto de entrenamiento" resume Miguel Ángel Mostaza, quien coincidió con el checoslovaco en algunos de sus últimos campeonatos.
Con sus victorias fue aclamado en Checoslovaquia pero su oposición a la influencia soviética le llevó a perder sus privilegios y a trabajar durante seis años en una mina de uranio.
Tras retractarse recuperó sus viajes para repartir por el mundo los relatos apasionados de sus hazañas en cualquiera de los seis idiomas que hablaba mientras el mundo del atletismo sucedía sus homenajes antes de que muriera en 2000.
Sin sucesor
A pesar de los diez años transcurridos, aquel hombre que revolucionó la larga distancia y que ideó nuevos sistemas de entrenamiento conserva su aura legendaria entre los nuevos corredores. Algunos han intentado doblar sus éxitos, pero sólo grandes atletas como Kenenisa Bekele se han acercado (oro en 5.000 y 10.000 metros en Pekín 2008). "Cuando yo me planteé la gesta en Göteborg de hacer 10.000 y el maratón ya dije que, sólo con intentarlo, ya era una pasada y una burrada" explica Chema Martínez de uno de los pocos intentos que se han acercado en los últimos tiempos a la proeza de Zátopek .
Mientras su esposa de 88 años visitará su tumba en Rostov resulta difícil encontrar posibles herederos de 'la locomotora humana' en el atletismo actual. "Hoy en día tenemos atletas que se han acercado a lo que hizo Zátopek como Grebeselasi, Bolt (que lo puede conseguir) o El Guerrouj. Se pueden comparar, pero la diferencia es que vivió un atletismo totalmente diferente" reconoce Mostaza. "Lanzarse a una aventura de ser campeón de sólo dos pruebas tan diferentes como la maratón y el 10.000 ya es una locura. Creo que va a ser irrepetible" sentencia Chema Martínez.
Fuente: mailling Joselo Andrade