domingo, 20 de septiembre de 2009

ELITE. Corredores de Elite por Rudemar Antonio Blanco

ELITE.
Atletas de Elite. Corredores de elite.
De pequeños comenzamos a través del juego a formar nuestras habilidades prácticas y teóricas, incluyendo conocimientos, emociones y valores.
Las conductas que practican nuestros mayores y su formas de encararlas son la fuente de nuestra inspiración.
En el modelo de sociedad que vivimos, a medida que vamos alcanzando la adultez, las motivaciones originales de nuestros juegos van siendo sustituidas por objetivos económicos.

Se nos van esfumando así algunos intereses y necesidades biológicas que nos impulsaban en la infancia y adolescencia. Sobre todo se atenúa la diversión, el placer, la liberación de las presiones internas y externas, el desarrollar habilidades, adquirir identidad, y autoestima.

El concepto de “Elite” comienza a tomar progresivamente protagonismo en nuestro horizonte.
La palabra elite proviene del francés, fue utilizada para designar a los grupos sociales por sociólogos opuestos al concepto de clase social.
El término elite hoy a perdido el sentido original, bastante bien delimitado en su origen, para utilizarse de modos diversos.
La real academia española lo ha incorporado como sinónimo de mejor, y se escribe en forma indiferente elite o élite.

El termino elite se utiliza con varios sentidos, sobre todo para referirse a los sectores que ejercen el poder. En sociología fue introducido para designar a las clases sociales o grupos humanos, sobre todo asociados al poder económico o social.
Por ejemplo cuando se habla de la elite nos referimos a aquellos que mediante el dinero y el poder político, o ambas cosas a la vez, determinan el curso de sus destinos personales pero también el del resto de la población.
Entonces su uso comenzó asociado a la visión de la diferenciación existente entre los grupos humanos en elite y clase ajena a la elite.
Luego se fue generalizando y se aplicó, por ejemplo a grupos policiales o militares que se preparaban de forma minuciosa y especializada para tareas específicas, tales como tomar un edificio o descender en el centro de las fuerzas enemigas para realizar un rescate. Fuerzas o cuerpos de elite.
Así sin mucho de esfuerzo luego fue sinónimo de excelencia, por ejemplo: moda de elite, arte de elite, barrios de elite, científicos de elite.
Están quienes se consideran y se integran como sectores de elite para distinguirse o separarse de los demás a partir de la intención implícita de sentirse superiores.
En realidad en teoría y práctica se introduce el término elite para destacar cierta fractura y aislamiento entre grupos sociales. Y así han surgido los elitistas y los antielitistas, quienes en definitiva nos llevan a un terreno que no es hoy nuestro objetivo abordar.

Si hay toda clase de elite ¿Como no debería haber surgido el mismo concepto dentro de un sector tan competitivo como lo es el atletismo?
Si pertenecer a una grupo de elite significa tener más de algo que los otros veamos cuales son la cosas que posee un corredor para distinguirse de los demás.
El deporte nos provee de muchos estímulos que son esenciales para la salud. Nos provee de las prácticas físicas que aportan al desarrollo y mantenimiento de la salud física y mental, así como a la no adquisición de hábitos nocivos para la salud.
La persona que realiza actividades atléticas obtiene múltiples beneficios. Pueden ir en búsqueda de dinero, fama, éxito, salud, placer, entretenimiento, disfrute, relacionamiento social, etc.
Un corredor comentaba que después del esfuerzo disfrutaba como nunca del descanso, y otro me decía que son muy pocos los que pueden disfrutar de una buena comida como lo hace un corredor que se esfuerza recorriendo diez kilómetros.
Algunas de las motivaciones que nos hacen participar del deporte parecen más acertadas que otras, sobre todo la de aquellos que buscan salud, prolongar la vida en salud, sentirse en el mejor estado bio-síquico y alejar de su lado los estados de tensión física y mental que las sociedades repletas de problemas aporta. Estos están muy lejos de aspirar como móvil central de su participación en el deporte ser calificados como corredores de elite. Aunque realmente lo son.

En toda actividad humana y por supuesto entre corredores se valoran algunas excelencias tales como la honestidad, el compañerismo, el cumplimiento de la normativa, la colaboración y capacidad de administración del sector, la regularidad en el ejercicio de la función, la resistencia en las competencias, la velocidad, la dedicación, el sitio en la clasificación, el lugar que ocupan en la llegada de las competencias.
En nuestro caso (A.A.U.) el lugar en la clasificación en las competencias se regula según el grupo al que perteneces, que son la categorías, femenino o masculino, menores, mayores, veteranos, grupos de edad, personas con capacidades diferentes, menores, niños, etc.

Creo que las personas deben darse todo el bombo que quieran con sus éxitos si eso les causa placer, es razonable si le es una necesidad procurar alimentar una sana autoestima. Sin embargo no parece útil que enmascarado detrás de una palabra originada en otro idioma, se nos filtre una actitud generalizada de discriminación, de creación de grupos selectos. O nos planteemos esfuerzos nocivos para responder la exigencia de integrar esos grupos despojados de objetivos realmente superiores.
Así podemos pasar gran parte de nuestra vida tratando de parecer y no de ser. Buscamos más que nos reconozcan el merito que realmente ser mejores.
El éxito por el éxito mismo, transformarnos en personajes y no en mejores seres humanos,
No parece razonable la busca de insanos placeres que suelen durar muy poco y muchas veces conducen en poco tiempo a la frustración o al deterioro físico del atleta.
No parece inteligente la idea errónea de que somos una (elite) o (los magníficos) nos aliene al grado de generar relaciones humanas de insana competencia. Muchas veces las consecuencia que invocamos serán la discriminación, el rechazo, el sacrificio, la frustración, las lesiones, el deterioro de la salud, el uso de estimulantes, etc.
Es bueno utilizar estos factores de valoración y competencia para aportar a nuestra autoestima y a la alegría por el éxito y negativo hacerlo como forma de sentirse superior al otro.

También al deporte han llegado para designar a los mejores clasificados términos como: top ten, top five (los diez mejores o los cinco mejores).
Por que no utilizar el lenguaje castellano y así nos comprenden todos, y por ejemplo decimos que él es un corredor de excelencia (y no de elite) y se ubica dentro de los diez mejores (y no top ten).

En nuestro equipo hay corredores de excelencia en todos los rubros por los cuales se pueda evaluar un corredor.
El equipo de Nacional tiene en su plantel cuarenta y cinco corredores, es un equipo de excelencia porque cada uno de los corredores le gana ha muchos de nuestros compatriotas que corren y a compañeros de su equipo y de la A.A.U. en alguna de las condiciones que debe poseer un atleta.
Son de elite sin querer serlo en su compañerismo, su preocupación y colaboración inteligente para mantener y lograr éxitos para el club, en su regularidad en competir en el campeonato, en su preocupación por hacer el mejor papel en las competencias, en cuidar su salud para mantenerse sanos y fuertes, en cumplir con sus obligaciones, en progresar en sus resultados a niveles sorprendentes, ganan sus categorías o están entre por lo menos los veinte o treinta mejores del país un buen nivel.
Todos nuestros atletas, destacados todos ellos en algún aspecto, pueden como el pasado año ganar tres campeonatos por equipo y en el restante se ubicaron segundos. Lo hicieron con alegría sin dejar de reconocer que todos los otros equipos están integrados por excelentes corredores que han contribuido a crear el increíble fenómeno de hermandad, en que se ha constituido la Agrupación de Atletas del Uruguay. Buscan el reconocimiento con la humildad imprescindible que haga más disfrutable el éxito.
Saben que los compañeros de los otros equipos también piensan como ellos en difundir estas prácticas deportivas para una larga vida en salud de toda la población.


Una atleta de nuestro equipo cuando le pregunte a que corredor admiraba me contesto que su ídolo era el que corre en silla de ruedas.
Comprenderán que en definitiva no se trata de los términos que usemos, sino de valorar las situaciones en su justa dimensión, se trata de saber reconocer que es lo mejor para cada uno de nosotros y para el conjunto.
La gloria es muy efímera, y engañosa cuando proviene del error de valorar inadecuadamente la realidad.
A disfrutar cada esfuerzo enriquecedor como un logro personal, ya que cuando llegue la parca no nos va a dejar gozar de ello. Todos somos a nuestra manera corredores magníficos en algunos de los aspectos que miden las excelencias de un corredor.
Y podemos ser aun mejores para disfrutar de ello y potenciar así nuestra salud y al equipo de nuestros amores.

A veces en la noche miro al cielo para ver un poco de nuestra galaxia y medir mi verdadera dimensión. Pienso sin poder concebirlo que hay tantos soles como granitos de arena en todas las playas de nuestro planeta. Y trato de no olvidarme que más allá de nuestra galaxia hay por lo menos cientos de miles de millones de otras galaxias, algunas mayores que la que habitamos.
Debo confesarles que ese es un baño de modestia y humildad que necesito dármelo con frecuencia. ¡Y me hace tanto bien!

Rudemar Antonio Blanco Oliva