miércoles, 26 de noviembre de 2008

Conociendo a los Atletas Tricolores (Nestor Guerra)

A Guerra se le puede destacar su mentalización frente al esfuerzo que supone salir no sólo a correr, sino ganar una maratón. Pero no podemos olvidar que la naturaleza lo ha dotado de capacidad física suficiente como para responder a las exigencias que el cerebro le plantea. A lo largo de la conversación he tratado de averiguar aspectos de su experiencia deportiva para comunicárselo a los lectores, de modo que así puedan ser útiles a otros atletas.
Rudemar Antonio Blanco Oliva.


Guerra Néstor
Si se quiere se puede.

Blanco: ¿Cuál es tu nombre y edad?
Guerra: Mi nombre es Néstor Guerra, tengo cuarenta y seis años. Comerciante.

B: ¿Donde naciste?
G: Nací en San Carlos departamento de Maldonado.

B: ¿La Escuela la hiciste allí?
G: Sí, en la Escuela número 3 Juan de Dios Curbelo, hice primaria y dos años de secundaria.

Blanco: ¿Dime tus primeros pasos en el deporte?
Guerra: Fueron cuando iba al liceo, antes de eso trabajaba mucho con mi padre en la panadería. En el liceo se hacía salto largo, salto alto, eso…vengo de una familia que tenía panadería y había que ayudar, y no había tiempo para otras cosas.

B: ¿Y cuál fue tu primer deporte?
G: Sí… a los trece mi primer deporte, así oficial, fue el ciclismo. A los trece años empecé con la bicicleta, ya había dejado el liceo. Me armé una bicicleta con pedazos y empecé a correr.

B: ¿Por qué el ciclismo?
G: Yo andaba todo el día en bicicleta haciendo el reparto, había desarrollado unos músculos bárbaros. Me encantaba la bicicleta, me armé una y empecé a entrenar.

B: ¿Corriste alguna competencia formalmente?
G: Si corrí formalmente, mi primera carrera yo creía que iba a ser una cosa bárbara pero fui un desastre. Y entré último, como soy muy orgulloso y de la vergüenza dije: -¡No corro nunca más! Habían ido mis padres a verme, mis hermanos, mi novia y todos... ¡paaa…, entré último y lejos del pelotón!

B: No creo que abandonaras.
G: No, ese día mi padre que era amigo de un entrenador le dijo que me preparara él. El hombre me dio un poco de ánimo, que me entrenara que tenía condiciones, y le dije: -Bueno voy a entrenar un poco más. -En quince días era la segunda etapa. En la segunda etapa ya entré segundo, nada que ver, estuve con el pelotón todo el tiempo. Fue la primera vez que salía en un diario, todavía tengo el recorte, el recorte tiene más de treinta y cinco años. Era en la categoría Prejunior.

B: ¿Corriste mucho tiempo?
G: Si corrí como dos o tres años y después dejé. Corrí como tres años y andaba en los primeros lugares. Después cuando tenía diecisiete años me estaba por casar y se me terminaron las carreras.

B: ¡Que joven te casaste!
G: No, no me casé, habíamos comprado todo, teníamos todos los muebles y todo y no me casé. En esa época allá las chiquilinas de catorce, quince años, andaban con los niños en los brazos.

B: Que interesante que en esa época ya pasara eso. Ahora no es raro, pero en esa época en el pueblo es muy interesante.
G: En mi pueblo con quince años ya los muchachos eran casados. Sí, los ciclistas tenían quince años y eran casados, tenían hasta hijos algunos de ellos. Suerte que no me casé.

B: ¿Hiciste algún otro deporte?
G: Hice un año de fútbol en el Nacional de San Carlos. Tenía la ventaja que corría mucho más que todos ellos. Cuando salía a correr para entrenar los subía a cacunda y corría con ellos arriba. Y ese año jugué porque cuando ellos no podían más yo seguía corriendo como al principio. Después seguí con el Karate, estuve once años practicando karate.

B: ¿Cómo es esa historia del karate?
G: Fui tercero a nivel nacional, hice varias disciplinas, me gustaba mucho aprender. Y eso que trabajaba de noche. Hice varios estilos.

B: ¿Las competencias son de acuerdo al estilo?
G: Ahí va. Y hay algunas que son libres. Mi última actuación fue en un campeonato aquí en Pando que participaron trescientos competidores y salí tercero.

B: ¿Cuándo empezaste con tus primeras carreras?
G: Mi primera carrera fue una quijotada. Me encontré con los amigos que iban a correr dos días antes de la carrera. Se corría la San Fernando el seis de enero, en esa época venía corredores de todos lados…los keniatas, los que corrían la San Silvestre venían todos. Fue por el año ochenta cinco, era la única carrera que daba cincuenta medallas en el Uruguay. Por supuesto que no agarré ninguna de ellas. Me invitaron a ir a correr los amigos que se estaban preparando y yo tenía un rostro bárbaro. Me acuerdo que me maté corriendo, y bueno, llegué a la línea y me desmayé, pasé la línea y me desmayé del esfuerzo. Entré entre los primeros doscientos más o menos.

B: ¿Y la corriste otra vez?
G: Sí, ahí mismo cuando me enteré que eran sólo cincuenta medallas, dije:-El año que viene voy a ganar una medalla y me empecé a preparar. Y al año siguiente entré en el lugar treinta y siete. Me acuerdo que iba todo el mundo a ver la medalla y ahí me motivé.

B: Me has contado de tu primera maratón. ¿Cómo fue esa carrera?
G: Una vuelta me dieron manija para que fuera a correr cuarenta y dos kilómetros a Montevideo. Yo estaba creído que corría, todos me decían que no llegaba. Mira, me dijeron un día, hay una carrera de cuarenta y dos kilómetros de Pando a Montevideo y termina en la pista, trofeo para todo el que llega.
Empecé a entrena en los quince días que faltaban.

B: ¿Y te anotaste?
G: Fui el día de la carrera, con una cantidad de problemas hasta que ese día me anotaron. La carrera la organizaban la Confederación y la Agrupación.
Tuve que irme a Montevideo y después de ahí para Pando por que no había coche para ir a Pando directo. Era un día Dieciocho de Julio, tocaron y cantaron el himno y largamos. Largué y dije: -Que despacio que va esta gente. Iban diez kilómetros y seguía en la punta con el pelotón. Esto es una papa pensaba yo; claro los tipos iban despacio por que eran cuarenta y dos. Yo no tenía ni idea, a los quince kilómetros se me empezó a acabar la nafta, ¡a los veinte kilómetros me pasaba cada veterano!
Yo decía éste no me puede pasar, apuraba y lo pasaba, al ratito otra vez venia al tranquito, tingui, tingui, tingui, y me volvía a pasar él a mí. Casi me muero en esa carrera, veintiséis años tenía, llegué deshecho. Largaron cien esa carrera, llegaron sesenta y yo llegué en el puesto cuarenta.

B: ¿Físicamente como llegaste?
G: Llegué destrozado a la pista. El esfuerzo que tuve que hacer fue terrible. Después me di cuenta que fue una locura tremenda, me tiré al piso y estaba muerto de hambre. No podía pararme, para ir al podio a buscar la medalla no podía subir.
Fui a la ONDA, y no podía subir al ómnibus, me dolía todo el cuerpo.

B: ¿Tu mejor tiempo cual fue?
G: Indudablemente que yo empecé a correr bien cuando me vine para acá, para Montevideo, que había carreras todos los domingos. Ahí fue que yo empecé a correr.

B: ¿En que año viniste?
G: Yo vine en el noventa y cuatro.

B: Tenías treinta y dos años, ¡cómo se desperdiciaron tus condiciones para correr. ¿Y tu mejor tiempo?
G: En alguna prueba de calle estuve por debajo de los treinta y dos minutos los diez kilómetros y en los cinco mil catorce cuarenta y cinco. En maratón, corrí como nueve maratones, desde aquella maratón locura que corrí en tres treinta y ocho, después corrí en dos cuarenta y ocho y ahí empecé a bajar hasta los dos treinta y seis.



B: ¡Qué buen tiempo! ¿No?
G: Con ese tiempo fui campeón nacional. Y el orgullo fue que me llamaron para ir a representar la Confederación en un sudamericano. Aquí había una maratón por año y corrí dos, una entre cuarto y la otra la gané.

B: ¿Las otras maratones dónde las corriste?
G: Acá cerca corrí por todos lados. Corrí en Curitiba, en Porto Alegre, en La Pampa…

B: ¿En la Agrupación cuántas veces ganaste?
G: El campeonato de la Agrupación Atlética lo gané tres veces.
Fui vicecampeón sudamericano de veteranos en la media maratón, fui vicecampeón también en un sudamericano de cross country de veteranos. El López Testa de la categoría los gané casi todos los años.

B: ¿Y en qué clubes corriste?
G: Para el Campus, para Defensor, para Cerro, el club Retaguardia, Nacional, y fui campeón con todos los equipos.

B: ¿En Nacional en qué año empezaste a correr?
G: En Nacional empecé a correr en el dos mil uno, formamos un equipo en el que éramos cinco corredores y fuimos campeón en la Agrupación. Éramos cinco, y con ese equipo ganamos el campeonato. Antes como éramos pocos corredores había un equipo sólo por club.
B: Fue el equipo que tuvo mejor tiempo en todas las categorías.

B: ¿Te casaste?
G: ¿Sí, tres veces?
B: ¿En serio?
G: Sí me casé tres veces. Con la primera tengo una hija que está estudiando Psicología. Ella es de Rocha está conmigo, estudiando acá en Montevideo. Después me casé con una persona de Maldonado y tengo con ella dos hijas. Cuando me vine soltero para Montevideo, hace catorce años, me casé con la compañera con la cual estoy viviendo hace más de diez años, y con quien tengo un hijo,

B: ¿Profesas alguna religión?
G: No, no tengo ninguna religión.

B: ¿Y crees en Dios?
G: No, Dios es todo lo que existe, el mar los animales, nosotros, la tierra.
B: La naturaleza.
G: Sí, todo lo que existe, no creo en el Dios que está ahí arriba para castigarte.
Me parece que ese no existe. Polvo eres y al polvo vuelves.

B: Vida en otros planetas del Universo.
G: Pienso que sí porque no vamos ha ser tan ignorante como para creer que somos los únicos que existimos.

B: ¿Tienes una noción de lo que es el Universo? ¿Podrías concebir la idea?
G: No, no puedo, es una cosa imposible de imaginar. Si tuvieras un avión de fantasía que recorriera millones y millones de kilómetros por segundo viajarías y viajarías sin encontrar nunca el fin.

B: La mente no te da para concebirlo.
G: Es tan grande que la mente no te da.

B:¿Tomaste alguna vez alguna droga?
G: No, Jamás. Cuando tenía catorce años fume, porque salíamos y eso de convidar con cigarro, fumé un poquito por paviar y no fumé nunca más.

B:¿Qué fumaste?
G: Tabaco.

B: ¿Y marihuana, o algo para estimularte en el deporte?
G: No, ni se lo que es eso. Para correr cuando me empecé a profesionalizar un poco, yo trabajaba, lo que trataba era tener una buena alimentación, dormir, cuidarse.

B: ¿Te sientes nervioso antes de una carrera?
G: No, después de tantas carreras no siento nervios, habiendo competido en Karate donde no sabes en cada competencia como vas a salir, te pueden quebrar un hueso, aquí es solamente si vas a salir primero o te van a ganar.

B: ¿Y esa ansiedad previa que todos parecen sentir?
G: Esa sí, la parte de ansiedad sí. Que están los corredores, esa emoción sí.

B:¿Cuál fue el entrenamiento que hiciste cuando el año pasado volviste a correr y lograste hacer algo así como treinta y seis en los diez Kilómetros?
G: El médico me había prohibido correr por la artrosis en la rodilla. Yo estoy corriendo igual, y a veces duele, por supuesto que uno no lo va ha estar contando a cada rato, pero, tenía que hacer una preparación muy buena porque a raíz de esa lesión tuve contracturas, desgarros…Hice este año una pretemporada muy buena. El año pasado ya había corrido un año Light, un año a cuarenta, cuarenta y un minutos, suaves para el tiempo en que yo corría.

B: ¿Cómo fue que te preparaste para este año? Desde una carrera hasta la otra.
G: Hice pesas, hice arena, hice monte. La arena para potenciar los músculos corríamos siete u ocho kilómetros por la orilla del agua, las pesas para potenciar todos los músculos de las piernas, y mucho monte, mucho Parque Rivera que eso te fortalece los ligamentos, pisas torcido, pisas doblado, mucho pasto, subidas y bajadas. Y después empecé a ir a la pista que no iba porque siempre andaba mal, me resentía de lesiones viejas. Y bueno con el trabajo de pista, dos veces a la semana, alcance a correr en treinta y seis, en Villa Española corrí en treinta y seis.

B: ¡Con cuarenta y seis años corriste en treinta y seis! ¿Qué hacías en la pista?
G: Hacíamos dos o tres pasadas de mil o dos mil, hacíamos un ochenta y cinco por ciento más o menos.

B: ¿De qué? ¿De la competencia?
G: De tu resistencia física, más rápido de lo que corrías en la competencia. Si corres en cuatro minutos en competencia la pasada de mil tienes que correrla en menos. Eso es lo que te da la velocidad del paso, la resistencia…Cuando corres una carrera más larga como la media maratón ahí haces pasadas más largas para tener más resistencia en la velocidad.

B: ¿Qué hacías durante una semana entera antes de la competencia?
G: Hubieron semanas que teníamos domingo tras domingo competencia. Después de la carrera hacia un fondo suave de diez kilómetros, en un tiempo de cinco minutos diez que es un fondo suave. El martes iba a la pista y hacía por ejemplo seis pasadas de mil. El miércoles hacíamos un fondo un poco más fuerte otros diez u once kilómetros. El jueves otra vez a la pista hacíamos, por ejemplo, doce pasadas de cuatrocientos. El viernes un fondito suave de diez kilómetros, el sábado se descansaba y el domingo se corrían los diez kilómetros.

B: ¿Y cómo te preparabas para el nivel de treinta y dos minutos los diez kilómetros?
G: En ese nivel era: el lunes quince kilómetros suaves, el Marte venía a la pista y hacía velocidad, diez de mil, y de noche hacía un fondo suave.
El miércoles se hacía doble horario otra vez y el jueves se hacía doble horario de vuelta. El viernes se hacía un fondo largo y también se trotaba el sábado, se hacían diez o doce kilómetros. Cuando entrenaba maratón con Flechero me alcanzó a mandar a correr el sábado veinte kilómetros en la mañana, diez en la tarde y al día siguiente corría y ganaba la carrera de diez. En esa época me estaba preparando para una maratón y llegué a correr doscientos kilómetros a la semana. Tenía una sobrecarga impresionante.

B: ¿Aguantabas?
G: Sí, y mira que en esa época ya tenía treinta y siete años.

B: Tengo mucho interés en el aspecto psicológico. ¿Eres conciente del papel que juega?
G: Lo mental es sumamente importante. Cuando estás corriendo siempre te viene un quiebre, una puntadita que te está´molestando, un cansancio, un ahogo o te pasa alguien. Piensas que mal que vengo, te quedas, hay que estar muy fuerte mentalmente.
El no puedo para mi no existe, no existe el no puedo. Si no quiero hacer tal cosa no la hago, pero el no poder no existe. En mi cabeza yo no creo que exista el no poder, y eso puede ser un mensaje para los jóvenes.
Yo fui uno de los que juntaba los números que los otros dejaban en las carreras y ahí ni una medalla.

B: ¿Cómo es eso?
G: El primero, que me ganaba a mí llegaba ocho minutos antes que yo. Cualquier persona normal si quiere llegar llega, seguro, si entrena.
A esos corredores que me sacaban ocho minutos, que era una vida en una carrera, terminé ganándoles.

B: Tenemos un límite biológico y mental cada uno, por encima del cual vienen problemas, o son inalcanzable los resultados. ¿No?
G: Sí, en las maratones por ejemplo se veía que los que entraban primero llegaban deshechos, corredores que estaban mejor entrenados que yo estaban deshechos. Yo me echaba en el piso y no me podía ni dar vuelta. Había una carpa donde te masajeaban, para todos los atletas, y ahí estaban los treinta y nueve que habían llegado antes que yo y era a cual se quejaba más. Yo dije: yo no soy el único jodido entonces. Eso era en Brasil en un sudamericano. Claro que hay un límite.
B: Claro, estaban cerca de su límite, pero tu mensaje de “Se puede” sigue siendo válido dentro de esos límites…

B: ¿Y el no puedo?
G: Pero, el no puedo no existe. Yo conozca el caso de Néstor García, era un gordito, después bajo los record nacionales que hacía tiempo estaban sin mover, y fue a los Juegos Olímpicos. Él le daba para adelante y si atropellaba una pared la partía. Él estaba con los mejores corredores y les decía “A ti tarde o temprano te voy a ganar”.
Los locos se cag… de la risa de él, y les ganó a todos. ¡Les ganó a todos!
Él fue a la Argentina conmigo su primera carrera y le dijo a la televisión que les iba ganar a todos, y no le ganó a nadie. Todos se mataban de la risa de él.

B: ¿Y ganó alguna? ¿Sigue corriendo?
G: Después se cansó de ganar en la Argentina. Estaba convencido que él iba a ser bueno. Sigue corriendo, él después se profesionalizó y corría donde había buenos premios. El que se puede es un mensaje que hay que hacerle entrar a la gente joven.

B: ¿Qué pasó con tu rodilla?
G: La rodilla es una operación de menisco que me hicieron hace veinte años y al no tener menisco, tantas maratones y tantas carreras se me fue haciendo un desgaste del roce de los huesos y eso… Se produjo una artrosis que por más que la cuide está peor.

B: Hiciste toda tu mejor campaña con la rodilla sin el menisco ¡Qué interesante! ¿Ahora te duele cuando corres?
G: Sí, Yo me lesione la rodilla cuando hacía karate. Ahora cuando corrí las medias maratones me dolía, parecía que se me iba a partir la rodilla del dolor. Sin embargo hay días en que no siento nada. Hay días que voy a correr y ya en el calentamiento me está doliendo y hay días que no siento la pierna y ando bárbaro.

B: ¿Qué me dices de tu relación con Nacional?
G: Yo fui siempre hincha a muerte de Nacional. Me daba una tristeza bárbara el que gané tantas carreras con otras camisetas, como con la camiseta de Defensor, de Cerro. Un día vine acá a la sede, de rostro no más, y el que me atendió fue Hucha… Y le digo: yo soy campeón de ésto y de lo otro y me gustaría que Nacional formara un equipo. Manuel Hucha fue con el que hablé, y justo venía la carrera del día olímpico. Corrimos con Moacir Casal. Después armamos un equipo de cinco corredores, yo, Alvaro Ibarra, Moacir Casal, José Pizarro y Julio Barreto y ganamos el campeonato 2001 por equipos de la Agrupación corriendo para Nacional. Y hoy estoy orgulloso de la Directiva que tenemos y de que en estos días vamos a ser federados.
15/11/2008 Rudemar Antonio Blanco Oliva