miércoles, 21 de octubre de 2009

Conociendo a los Atletas Tricolores (Rafael Grimberg)

Rafael es transparente, me parece que lo conozco de siempre.

clip_image002La última vez que corrimos, hace una semana, lo vi pelearle a la distancia como le ha peleado a la vida. Corremos como somos.

Eligió ser una buena gente y parece que nadie lo va ha cambiar de dirección. Es un excelente atleta que siempre ha estado entre los tres primeros en su categoría, en otros aspectos es un número uno.

Rudemar Antonio Blanco Oliva.

Rafael Evaristo Grimberg Ureta.

Blanco. ¿Tus datos personales? clip_image004

Grimberg: Me llamo Rafael Evaristo Grimberg Ureta

B: ¿Cuando y donde naciste?

G: Nací en Montevideo, en Sayago en el 1946. A los seis años nos mudamos a Suárez y allí permanecí por unos catorce años. A los veinte recién volví a Montevideo.

Fui a la escuela Hondura en Ariel y Sayago.

B: ¿Como era ese barrio?

G: Era un barrio tranquilo, uno de los barrios suburbanos de Montevideo. Mis padres habían comprado un terreno ahí y construyeron. Mis tíos compraron también terrenos ahí.

B: Me acuerdo que el ferrocarril que iba a mi pueblo pasaba por Sayago.

G: Si. Había también un ramal que iba a Punta del Este pasando por Suárez y Soca.

Del Sayago me recuerdo que mi hermana nos llevaba a la escuela y tenía la orden de mi madre de detenerse y no pasar cuando estaban las barreras bajas. Un ferrocarril de corta distancia nos llevaba a la Estación Central. De esa época me acuerdo que mi mama nos llevaba en el tranvía al Parque Rodó, era un lugar muy divertido para nosotros. En el ómnibus 202 íbamos algunas veces a la playa Malvín, el viaje salía un vintén.

B: Siempre confundo Grimberg con Gutemberg el inventor de la imprenta.

G: Mi abuelo, el padre de mi madre, peleó con Aparicio, era muy revolucionario, después puso imprenta en la calle Constitución y editaba para los anarquistas, eso fue por el 1904.

B: ¿Cuando comenzaste a trabajar?

G: Empecé a trabajar a los doce años que tuve que abandonar la escuela en quinto año.

Mi padre nos dejó, quedé sólo con mi madre y tuve que ir a trabajar.

B: Eso te marca ¿no?

G: ¿Y que te parece? En Suárez fuimos todos a la escuela y vivíamos con muchas carencias.

No había otra solución, éramos tres hermanos y mi madre, y había que trabajar. Yo era el más chico de los tres hermanos. Deje la escuela en quinto, pero el trabajo ese me gustaba, además era conciente que tenía que trabajar.

B: ¿Donde empezaste?

G: Comencé trabajando en un taller de calzado a los 12 años, mis compañeros de trabajo también eran niños, eso era por esos años, no éramos sólo nosotros los que teníamos problemas por esa época…

B: ¿Que hacías en el taller?

G: En el taller de calzados hice de todo. Unos cortaban, otros aparaban, vulcanizaban, cortaban…me gustaba… después en UTU hice un par de cursos para hacer calzado… hacíamos zapatos de mujer y de hombre. Los dueños eran españoles y trabajaban ahí.

Era un taller pequeño, sacábamos unos treinta pares de calzado diario. No era una zapatería de medida sino una pequeña industria. Estuve como ocho años en la fábrica de calzado.

B: ¿Tuviste otros compañeros de trabajo niños?

G: Si había otros, por esa época no éramos los únicos con problemas económicos. Había dos o tres de mi edad.

B: ¿Y después de la zapatería a que te dedicaste?

G: Después trabajé en una metalúrgica.

B: ¿Que hacían allí?

G: Producían el Fiat 600. Yo trabajaba en la construcción de piezas de la carrocería. Ahí armaban el auto. Trabaje en varios sitios de la cadena de producción de la carrocería del Fiat. Trabaje en los balancines, en la cortadora de chapa, en el taladro, en la copiadora… La copiadora te copiaba una pieza. Se producían cuatro automóviles por día.

B: ¿Hasta ahora trabajaste ahí?

G: Después de la huelga del 73, en agosto, me fui del país. Estuve trece años. Entramos en conflicto porque violaban todas las leyes sociales en la empresa. Me fui a la Argentina. El problema era que no había trabajo.

Habíamos tenido un conflicto con la empresa y cuando finalizó me fui a trabajar a Buenos Aires. Trabaje en una fábrica de cerámica y en el mantenimiento de un hotel.

B: ¿Te gusta la lectura?

G: Si leo bastante, me gusta leer historia, geografía, literatura…

B:¿Que has leído, de literatura?

G: Novelas de Cortazar, Benedetti, Galeano, Neruda…

B: ¿Y te gusta escribir?

G: Sí…Me gusta escribir alguna poesía. Tengo escritas algunas cosas con rima…

B: ¿Así que escribes algunas poesías? Pásame una para el reportaje

G: Te voy a pasar una que se llama “Violencia en el deporte”.

rafael Grimberg 9.5 interbalnearios

Violencia en el deporte.

Todos los días nos dicen que en el deporte hay violencia

No la veo esa situación en nuestras competencias.

A lo mejor me equivoco o no se que pasará

Porqué no se aporta al deporte que nos beneficiará

Nadie sale lesionado no hay represión ni gaseo

No hay gastos en seguridad y todos salen ilesos

Dennos un poco de importancia y miren el atletismo

Que saca todo el estrés y de la droga al perdido

Te cura de muchas cosas, del tabaco y alcoholismo

Que lindo sería cambiar este mundo derruido

Díganme si a este deporte se lo puede despreciar

Con ayudarnos un poco todo se transformará

El compañero que cae siempre es socorrido

Se olvida uno de competir para ayudar al herido.

No hay ánimo de agresión al contrario hay amistad

A quien se le ocurriría agredir a los demás.

Yo pregunto y no es en vano es de fácil comprobar

Que no existe rencor ninguno en cada parcialidad

El que quiera ver que vea que lo que digo no es cuento

Y lo puede comprobar observando cualquier evento.

B: Voy a agregarte un poema mío, lo escribí cuando tenía trece años y la docente me la hizo leer en la clase. Me daba vergüenza porque la poesía no se consideraba algo varonil en esa época. Siempre me gustó la poesía.

Poesía

Una bruja muy sabia

Cuyo nombre siempre lo escondía

Escogió un caldero inagotable…

Y lo comenzó a llenar

Con júbilo tremendo

Y una sin par algarabía…

Dentro de la brillante olla con ritmo cadencioso

Iban cayendo esperanzas, dolores, amores, desalientos

Y un cúmulo tremendo de imaginación y gozo.

…El enigma de su identidad permaneció ignorado

Ajeno a su inconfundible presencia ya asumida….

Más tarde cuando pasé mi niñez un áureo día

El hada de mis sueños me contó

Que el nombre de esa bruja…

…Era el tan dulce y hechicero de POESÍA…

B: Esta es una que escribí en mi infancia-adolescencia. ¿Qué estás leyendo ahora?

G: Estoy leyendo una novela que refiere al lenguaje Aymará y a su cultura perdida. Los colonizadores vinieron por el oro y sin ningún objetivo cultural y se perdió la mayor parte. Fueron dejando perder todo la riqueza de conocimientos y lenguaje de esas civilizaciones de América.

B: ¿Estuviste en esos países?

G: Cuando me casé anduve unos años de mochilero y conocí mucho de ellos. ¡Que fantástico! Viste las construcciones indígenas.

Recorrimos varios países de América, estábamos un tiempo trabajábamos para mantenernos y cuando se vencía la visa íbamos para otro lado.

B: Es difícil imaginarse como realizaron esas construcciones de Cuzco por ejemplo.

Cuando las observé no podía imaginarme siquiera como hicieron para trasladar esas rocas del tamaño de una casa y colocarlas una sobre otras. También pude ver algunas obras de arte indígena, en la península de Yucatán en México, ¡Increíbles! ¡Las pirámides en México! Cada vez que iba las visitaba, igual hacía con el Museo Antropológico.

G: Algunos dicen que es imposible que lo hayan hecho ellos. ¡Levantar esas rocas de ciento treinta toneladas! Debió ser según algunos unas personas con mucha desarrollo para hacer eso. Se lo adjudican a otras civilizaciones extraterrestres.

B: Hay investigadores que explican detalladamente en que forma los indígenas construían, al igual que las Pirámides de Egipto. Pero estaría bueno que extraterrestres nos dieran una mano.

B: ¿Estás casado?

G: Si. Hace más de treinta años. Acá estoy con mi señora.

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B:¿Cuando empezaste a correr?

G: Corrí algunas carreras de las comerciales en el 2002.

Empecé en el 2003 en la Agrupación. Mi sobrino sabía que me gustaba correr y me anotó en la A.A.U. Yo iba a ver a mi compañero de trabajo Álvaro Ibarra, y me entusiasmé.

Corrí libre hasta el año 2004 y luego lo hice para Raincop.

B: ¿En Nacional hace muy poco que corres?

G: Desde el 2007, con éste ya son tres años.

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B: ¿Desde cuando hincha de Nacional?

G: En mi casa todos éramos de Nacional. Mi hermano es el único de Peñarol. Mi tía me llevó al estadio a ver a Nacional, jugaban Escalada, Domingo Pérez… Yo fui siempre de Nacional, es el club de mis amores.

B: ¿Hiciste algún otro deporte?

G: Si, jugué al fútbol. Ya de grande cuando volví de la Argentina con los compañeros de trabajo hacíamos unos picados, cuando dejábamos de trabajar a medio día. No hacía gimnasia, pero me gustó siempre correr, cuando iba algún lugar medio lejos me iba corriendo

B: ¿Estudiaste algo fuera de los cinco años de primaria?

G: En Buenos Aires hice unos cursos nocturnos para obtener el certificado de primaria, hice tres meses de escuela de adultos y después terminé la secundaria.

B: ¿Cuando te viniste?

G: De la Argentina me vine en el año 1986. Trabajé acá hasta el 1998, conseguí trabajo en el Ministerio de Transporte y Obras públicas. Terminé como funcionario en el Ministerio, como portero, informando, recibiendo al público…

B: ¿Tomas alguna Bebida alcohólica?

G: Al alcohol no existe para mí.

B: Si un día te agarra algún borracho por ahí y te pasa por arriba con el auto te vas ha enterar que existe, ¡ja, ja, ja!…

B: ¿Y Dios?

G: Yo respeto las creencias de todos, pero no creo, yo soy ateo.

¡Hay muchas cosas inexplicables en este mundo!… Y las cosas que el hombre hace son muy contradictorias. Te digo el caso del deterioro de la atmósfera, como ejemplo,

B: ¿El tema de que los homosexuales puedan adoptar niños como lo evalúas?

G: Yo qué sé… es una de esas cosas actuales que para mi es una incógnita. Algunos cambios no los entiendo muy bien.

Rudemar Antonio Blanco Oliva. 30/9/09.