jueves, 27 de octubre de 2011

La increíble historia del éxito uruguayo


La increíble historia del éxito uruguayo

Atrás del récord nacional que Emiliano Lasa batió en salto largo en Guadalajara hay enormes gastos mensuales y dolorosas lesiones que revelan algunas carencias en infraestructura del deporte nacional


  • Lasa en vuelo a la historia




Una carrera y un salto a la arena. Parece lo más fácil del mundo. Pero en cada centímetro hay un pedazo de vida dedicada a la superación. Y nadie mejor que Emiliano Lasa para revelarlo. En los Juegos Panamericanos de Guadalajara superó el récord nacional (7,81 m) y fue sexto en la final. Detrás de ese logro hay una historia que merece ser contada.

Lasa, que antes del atletismo fue lateral y puntero en las inferiores de Bella Vista, no tiene esponsor y se compra los zapatos con clavos por Internet (US$ 200). Paga hasta los impuestos de aduana para retirarlos. No cuenta con médico ni masajista en la pista. Tampoco puede hacer crioterapia. Y sus padres, Luis y Verónica, son el sustento fundamental de su carrera.

“Estos últimos meses de preparación tuvimos un presupuesto de $ 9.000 entre consultas médicas, análisis y complementos alimenticios”, contó a El Observador su madre. 

Cada detalle en la preparación de un atleta es fundamental. Lasa tiene su mutualista. Pero además es socio de la Clínica del Deportista, consulta un médico deportólogo particular y se hace masajes dos veces por semana.

Los suplementos le cuestan
$ 1.000 por mes. Era tanto el gasto para la familia que solicitaron ayuda a la Confederación Atlética del Uruguay (CAU), que les pudo conseguir un mes de suplementos, $ 2.000 en masajes y algo de ropa deportiva.

“El logro que consiguió es muy importante si se consideran algunos aspectos de infraestructura en los cuales damos mucha ventaja: nuestra pista debe ser la única del mundo que no tiene médico deportólogo. Tampoco masajista ni fisioterapeuta. Para el atleta es fundamental terminar su sesión y recibir masajes. O que el médico le indique que debe hacer crioterapia (inmersión en hielo)”, contó su entrenador desde los 10 años, Luis Sotura. 

La ascendente carrera de Lasa tuvo dos lesiones importantes. Una el año pasado, antes de los Juegos Odesur, porque la pista del Parque Batlle tenía el saltadero flojo “y el saltador al tomar el impulso en carrera se afirma con tres o cuatro veces el peso de su cuerpo; si algo está flojo se mueven todas las articulaciones”, explicó Sotura.

Lasa se lesionó los ligamentos del tobillo. Tardó siete meses en recuperarse. En la pista ese problema ya fue solucionado.

Apoyos que sumaron
“El gimnasio que tiene la pista es muy bueno. Solo precisaría una barra olímpica que permite levantar más de 250 kilos”, dijo el DT.

Ese gimnasio lo montó el Ministerio de Turismo y Deporte. El ente estatal también le consiguió una beca a Lasa que estudia en la ACJ licenciatura de Educación Física (está en segundo año).

Su club, Defensor Sporting, lo ayudó con algunos traslados. Este año, la Fundación Deporte Uruguay le pagó dos viajes a San Pablo. En uno de ellos –en la fecha límite clasificatoria– Lasa quebró el récord nacional de Andrés Silva (7,57) con 7,65 m.

Todo un logro teniendo en cuenta que había estado cuatro meses parado por una lesión muscular. ¿Por qué? “Porque justo fue una época en que nos habíamos quedado sin masajista”, según contó Sotura.

Las semanas previas a viajar a Guadalajara, Lasa se lesionó en el talón y no pudo testearse en salto hasta el día de la competencia.

“Además estuvo hasta el último día con parciales y el día que llegó a la Villa le robaron un morral con el pasaporte y toda la plata que llevaba. Se quería venir. Por suerte, (Pablo) Sanmartino (presidente de la CAU) lo ayudó muchísimo”, dijo su padre.
La conquista
Lasa comenzó a bajar marcas nacionales en 2009 donde fue cuarto a nivel sudamericano mayor y junior (sub 20).

El año pasado bajó el récord nacional de salto triple y en Guadalajara mejoró el de salto largo metiéndose en la final donde terminó sexto.


El 8,10 m es la marca B para clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres. “Para eso Emiliano necesita atención médica diaria, contratar un biomecánico (para estudiar ángulos de salida, velocidad de entrada) y entrenar en un centro de alto rendimiento como el de San Pablo con atletas que saltan en esa marca y que le permitan superarse. También es importante que vaya su entrenador para que pueda incorporar todo lo que pueda aprender”, contó Sotura.

Su sueño es Londres 2012 para lo cual necesita saltar 8,10 m. Con la malla que le prestó Heber Viera en México va por buen camino.


Sus marcas


7,42 m
En 2009.Fue cuarto en el Sudamericano juvenil de San Pablo y quebró el récord nacional de la categoría sub 20.

7,65 m
En 2011.En agosto le sacó el récord nacional absoluto a Andrés Silva (7,57) y se clasificó a los Panamericanos en un torneo estadual en San Pablo para la categoría sub 23.

7,81 m
En Guadalajara. Mejoró su marca y se metió en la final donde terminó sexto con 7,73 m. 

Fuente El Observador